La gratitud es la cualidad de ser o sentirse agradecido. Aunque pueda considerarse solamente un valor que define una cualidad etsimable de nuestra personalidad, lo cierto es que esta característica también puede condicionar nuestra expectativa de vida, de acuerdo a un último estudio psicológico.

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En nuestra vida cotidiana podemos vernos envueltos en los sucesos poco agraciados que experimentamos. Muchas veces nuestra atención se distrae en los aspectos negativos del mundo anterior a nosotros. La práctica de la gratitud busca erradicar aquellas miradas pesimistas, para resaltar de nuestro día aquello que podemos celebrar, prestando atención y siendo conscientes de los hechso afortunados que a veces pasamos por alto. Una persona que nos ayuda, una oportunidad importante o simplemente nuestro hogar y nuestra familia pueden ser motivo de agradecimiento.

Y aunque la práctica del agradecimiento pareciera estar decsonectada de nuestra salud físcia, la realidad es que puede mejorar nuestra calidad de vida e incluso asegurar nuestra longevidad. Esto lo destaca un estudio publicado en la revista JAMA Psychiatry. En esta investigación se utilizaron datos de 49.000 mujeres, las cuales se les realizó un seguimiento por cuatro años luego de haber inciado una asesoría sobre la práctica gratitud. El propósito del estudio era averiguar la conexión entre el riesgo de mortalidad y los niveles de gratitud.

¿De qué manera la practica de la gratitud puede aumentar la expectativa de vida?

El estudio dio cuenta que las circunstancias objetivas como la salud integral pueden afectar tanto la práctica y el sentimiento de gratitud como el subsecuente riesgo de mortalidad, pero que sin embargo no eran determinantes en la mejora de la calidad de vida. 

Una investigación demostró cómo la gratitud puede mejorar la expectativa de vida.

A pesar del riguroso control de las variables objetivas como las demográficas o sociales, la investigación dio cuenta de que aquellas personas que demostraban mayores prácticas de gratitud presentaban un riesgo 9% menor de morir en un período de cuatro años, en comparación con aquellas que mostraban niveles bajos de gratitud.

Los resultados más específicos resaltaron que el grupo que presentaba mayor cantidad de actitudes de agradecimiento era un 15% menos propenso a morir de enfermedades cardiovasculares. Este número resulta significativo si además se complementa con una mejora de las condiciones de vida, con hábitos de alimentación y ejercicio más beneficios.